Cómo acelerar el metabolismo y evitar el aumento de grasa a partir de los 40

Al llegar a los 40 se hace más complicado mantenerse en la línea tras la acumulación de grasa abdominal. Esto se genera con la acumulación de tejido adiposo en el vientre, una de las zonas más difíciles de trabajar con actividad física.

La grasa abdominal en la edad madura se debe a muchas razones, tales como la genética, el estilo de vida y, por supuesto, el metabolismo.

Este es el conjunto de reacciones bioquímicas y procesos fisicoquímicos que ocurren en una célula y en el organismo, incidiendo, por ejemplo, en el funcionamiento hormonal.

«Nuestro metabolismo se lentifica con el paso de los años porque hay menos secreción hormonal, especialmente de aquellas hormonas que favorecen el crecimiento de la masa muscular que consume energía», explicó Claudia Lescano.

El vínculo del incremento de grasa y las enfermedades metabólicas se acentúa con el paso de los años. Según la especialista, en el caso de los hombres es algo más peligroso porque aumenta con mayor facilidad la grasa visceral (aquella que recubre los órganos y hace que la barriga sea prominente), vinculada con distintas patologías como la hipertensión o la diabetes.

En este contexto, la especialista aconsejó adoptar una serie de hábitos para combatir la grasa abdominal:

Crear masa muscular: que «es metabólicamente activa y todo el tiempo pide combustible». Al buscar este objetivo en el ejercicio difícilmente se creará tejido graso.

«Es fundamental realizar alguna actividad que libere el estrés: ya que el exceso de cortisol hace que la grasa se deposite en nuestra panza», añadió.

Chequear las hormonas: cortisol, hormonas tiroideas, insulina, estrógenos y testosterona. Esto ayudará a tener conocimiento sobre si se está en función de quemar grasa o en función de acumularla.

«Si se desea tener un porcentaje graso bajo: a partir de los 40 años nuestra forma de alimentarnos debe ser cumpliendo las cuatro comidas al día. Y no cada dos o tres horas como nos recomendaron, ya que este hábito contribuirá solo a incrementarlo», señaló.

No consumir frutas ni nada dulce por la noche: hay que evitar un alto grado de glucosa antes de descansar), reducir la ingesta de harinas refinadas, pero no abandonarlas por completo. En tanto, es esencial cumplir con la correcta hidratación.

Además mantener la glucosa y la insulina a niveles bajos, así como aumentar el gasto calórico. «Moverse es lo mejor que se puede hacer por la salud», apuntó la especialista.