El azúcar tendría capacidad de ayudar a curar heridas

En Zimbabue el nivel de pobreza de la ciudad hace que la asistencia médica sea escasa para los habitantes del lugar.

Ante esta situación los pobladores buscan en la naturaleza lograr suplir la falta de medicamentos y de esa manera poder curarse.

Moses Marandu, un habitante de Zimbabue, cuenta que de niño estaba acostumbrado a frotarse sal en las heridas cuando se cortaba o caía. Su padre cuando las posibilidades económicas lo permitían usaba el azúcar como cicatrizante.

 

Luego de realizar una carrera como médico, Moses Marandu comenzó a investigar las cualidades del azúcar que ayudaban a curar heridas.

Para tratar una herida de esta forma, todo lo que hay que hacer, dice Marandu, es poner azúcar en ella y aplicar una venda por encima. Los gránulos absorben la humedad que permite el desarrollo de bacterias. Sin las bacterias, la herida sana más rápido.

La evidencia de todo esto fue descubierta gracias a las pruebas de Murandu en el laboratorio. Y una creciente colección de casos de estudio alrededor del mundo respaldan sus hallazgos, incluyendo ejemplos de exitosos tratamientos con azúcar sobre heridas resistentes a los antibióticos.

El financiamiento para futuras investigaciones podría ayudar a Murandu a alcanzar su objetivo final: convencer al NHS de utilizar el azúcar como una alternativa a los antibióticos.

Pero una gran parte de la investigación médica es financiada por las farmacéuticas. Y estas compañías, señala él, tienen poco que ganar al pagar por una investigación sobre algo que no pueden patentar.

El azúcar que utiliza Murandu es del tipo simple y granulado que podrías usar para endulzar tu café o té. En las mismas pruebas in vitro, halló que no había diferencias al utilizar azúcar de caña o de remolacha. El azúcar moreno sin refinar, en cambio, no fue tan efectiva.