Consecuencias de exponerte al sol

La piel es el órgano que está siempre en contacto con el ambiente y la que nos protege del calor, del frío, de las bacterias del entorno que nos rodea, del aire, de igual forma repara y elimina los residuos del cuerpo, pero para ello es muy importante que esté bien cuidada.

Sin embargo, no somos conscientes de lo que puede llegar a perjudicarnos el sol sino protegemos nuestra piel con unos buenos productos.

El sol puede llegar a dañar nuestra piel de tal forma que nos produzca en ella un envejecimiento prematuro, manchas, deshidratación e incluso cáncer de piel a la larga, si no la cuidamos como debemos.

Por tanto, no debemos estar horas bajo el sol para ponernos «negros», sin proteger nuestra piel.

Si vamos a pasar tiempo bajo el sol, ya sea en la playa, en la piscina, en el campo o en cualquier otro lugar, debemos usar un protector solar tanto en la cara como en el cuerpo para no quemar la piel.

También, después de la ducha debemos de hidratar la piel con alguna crema para conservar una piel firme y elástica. Es muy importante el uso de la crema después de la ducha ya que el sol, el agua del mar, el cloro de las piscinas y otros agentes del entorno hacen que nuestra piel se irrite y pierda elasticidad.

Hay que tener mucha precaución al exponernos al sol y tener siempre un cuidado constante de nuestra piel para lucir una piel bronceada y bonita, que no esté quemada, porque además de no ser nada elegante nos causará serios problemas, en algunos casos irreversibles.