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Hay medallas y trofeos que se ganan fuera de las competiciones.
Los deportistas entrenan todos los días de su vida desde muy niños para ganar. Cada mañana, desde el primer momento en el que abren los ojos, piensan en cómo superarse y poder terminar el día siendo un poco mejor.
Luego llegan las competancias y la hora de demostrarle a todos de lo que están hechos.
Cada medalla, trofeo, diploma, mención, aplauso y podio representa para el deportista el momento de reconocimiento. Por todos estos sacrificios y esfuerzos, es que el gesto del surfista argentino Martin Passeri es más loable.
A sus 38 años, con sus tablas ha sabido ser múltiple campeón de su país y todo un referente de las olas en Latinoamérica.
Durante la última edición del campeonato argentino de surf, el nombre de Passeri sonó en la playa indicando que era su turno para lanzarse al mar. Sin embargo, frenó su carrera por la arena y se paró junto a un hombre de su edad llamado Nicolás Gallegos.
¿Por qué él?
Resulta que a los 18 años, Nicolás sufrió un accidente que lo dejó parapléjico de su cintura para abajo. Desde ese momento, su sueño de poder montar una tabla y convertirse en un surfista quedó hecho añicos.
Hasta que un campeón del surf y de la vida tocó su hombro…
Passeri lo invitó al agua cargándolo en su espalda y juntos aprovecharon la primera ola para surfearla.
El hermoso gesto le valió la descalificación y perder la oportunidad de demostrar que es el mejor en sus tierras natales. Sin embargo, se llevó el premio mayor. “Creo que fue la mejor ola, y el mayor triunfo de mi vida”, declaró Passeri.
