Estas son las razones por las que quieres pizza si te trasnochas

Uno de los motivos reside en la dieta escogida tras trasnochar. “Cuando las personas no duermen lo suficiente, su comportamiento dietético cambia hacia un mayor consumo de alimentos con alto contenido de azúcar y grasas, lo que lleva a un aumento de peso”, concluye un estudio de la Universidad de Texas, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.

Los nuevos datos

Una investigación acaba de poner de manifiesto un nueva vía por la que la vigilia empuja a comer alimentos pocos saludables, más calóricos y con alto contenido en grasas: tu nariz.

“Un objetivo probable para la neuromodulación de la ingesta de alimentos dependiente del sueño es el sistema olfativo. Los olores sirven como señales poderosas para el inicio y la terminación del comportamiento de alimentación. En roedores y humanos, el olfato se ve alterado por el hambre y la saciedad, y esta última reduce la actividad neuronal en las regiones cerebrales olfativas en paralelo con una supresión del comportamiento alimentario”, comunican los investigadores, dirigidos por Thorsten Kahnt, de la Northwestern University Feinberg School of Medicine.

 

Así, el sistema olfativo se ve afectado de dos maneras por la falta de sueño. Primero, entra en hiperimpulsión, agudizando los olores de los alimentos para el cerebro para que pueda diferenciar mejor entre los alimentarios y los que no los son. “Pero luego hay un colapso en la comunicación con otras áreas del cerebro que reciben señales de alimentos. Y con eso, las decisiones sobre qué comer cambian”, insisten los autores.

«Cuando hay falta de sueño, es posible que estas áreas del cerebro no reciban suficiente información y está sobrecompensando al elegir alimentos con una señal de energía más rica», aclara Thorsten Kahnt.

¿La solución?

Además de dormir más, puede ser útil prestar más atención a cómo nuestra nariz influye en nuestras elecciones de alimentos. «Nuestros hallazgos encuentran que la falta de sueño hace que nuestro cerebro sea más susceptible a los olores de comida, así que quizás valga la pena tomar un desvío para evitar su tienda local de donuts la próxima vez que tome un vuelo a las 6 am», bromea.