Los chinos sueñan con un mundo de robots

¿Cómo serán los robots del futuro? Desde los androides hasta las casas inteligentes, pasando por las múltiples declinaciones de la inteligencia artificial, la Conferencia Mundial de Robots desvela en Pekín las últimas innovaciones.

Entre los pasillos del pabellón, un artista ataviado con un traje marcial de seda blanca practica taichí con un brazo motorizado, rodeado de robots con rasgos chinos.

Y unas máquinas de karaoke sirven bebidas, en medio de una competición desenfrenada por promover los ‘jiqiren’, los «hombres máquina» chinos.

China ya es el primer mercado de robots industriales y representa un 25% de las ventas mundiales, según la Federación Internacional de Robótica.

«Actualmente hay menos de 100.000 robots en los hogares chinos, sin contar las aspiradoras», apunta Liu Xuenan, presidente de la compañía Canbot.

En el futuro, predice Yu Kai, jefe de Horizon Robotics, los asistentes automatizados «made in China» podrán hacerlo todo, incluso fabricar un coche y conducirlo. «Cada persona podría tener 10 robots», asegura.

Apasionados por los robots

Desde los guerreros metálicos de Transformers hasta Baymax, el enfermero humanoide blanco y regordete de la película de animación «Big Hero 6», los consumidores chinos están locos por los «robots superhéroes», y gastan alegremente en ver películas protagonizadas por estos personajes y en comprar todo el «merchandising» aparejado.

En las ciudades chinas, los comercios atraen a la clientela con camareros, cocineros y porteros mecanizados, y en las zonas rurales, muchos idean autómatas a base de chatarra.

Sin embargo, la transición hacia una economía basada en los robots será difícil, ya que las empresas chinas están muy lejos tecnológicamente de sus vecinas de Corea del Sur y Japón, el paraíso incontestable de los robots.

China, en un primer momento, debería tener expectativas más pragmáticas, estima Pinpin Zhu, presidente de «Xiao i Robot», un servicio de pedidos mediante un sistema vocal.

Según Zhu, el futuro está más en las aplicaciones móviles conectadas que en los humanoides capaces de resolver las tareas más sofisticadas.

Algunas empresas, explica, se están concentrando por eso en productos más realistas, como por ejemplo «un microondas modificado (…) capaz de freír huevos. Tal vez no se parece a un robot, pero tiene una inteligencia artificial».

Por otro lado, si China quiere ponerse al frente de la revolución robótica mundial, deberá superar su tendencia a la imitación.

«Al comienzo, uno no hace más que copiar. No hay creatividad», dice Toshio Fukuda, experto en robótica de la Universidad de Nagoya (Japón), añadiendo que la imitación es una etapa necesaria antes de la innovación.

Al preguntarle por la posibilidad de que estos robots del futuro se vuelvan un día contra sus creadores y conquisten el mundo, se echa a reír.

«Tal vez dentro de 30 o 40 años, pero no me preocupa, porque ya no estaré vivo», contesta.