Sensores y ondas de radio, la tecnología antisísmica de los mexicanos

Volvió a temblar en México por segunda vez en dos semanas. El terremoto, de magnitud 7,1, deja centenares de muertos, según autoridades locales.

Irónicamente en la mañana de este martes, las autoridades mexicanas realizaron un simulacro de sismo y se recordó, como cada año, la tragedia del 19 de septiembre de 1985.

Desde hace dos décadas, la asociación CIRES provee a la ciudad un sistema de sensores colocados a lo largo de la costa pacífica, donde el riesgo de sismos es mayor.

En Ciudad de México también funciona un sistema de alarmas que se activa un minuto antes del sismo, pero periodistas de AFP dijeron que esta vez se escuchó la alarma al mismo tiempo que comenzó a sentirse el temblor.

El Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (Sasmex) comenzó en 1989 con 12 estaciones de sensores, hoy cuenta con 97 puntos de control sísmico que alertan a seis ciudades mexicanas.

Existen dos tipos dos tipos de alertas: una para sismos de bajo riesgo (Alerta Preventiva) y otra para sismos fuertes (Alerta Pública).

Un minuto para evacuar

Una vez detectado el sismo, el sistema lanza una onda que dispara las alarmas en escuelas, ministerios y otras oficinas, interrumpiendo automáticamente las emisiones de la radio. Los mexicanos tienen entonces como máximo un minuto para reaccionar y salir de los edificios antes de que empiecen a temblar.

Esta tecnología no estaba disponible durante el terremoto del 19 de septiembre de 1985, de una magnitud de 8,1 en la escala de Richter, que devastó la capital y mató a más de 1.000 personas. Instalados en una antigua construcción de tres pisos, los servidores de esta asociación detectan cada vibración del suelo y disparan las alarmas.

Alertas mediante aplicaciones

Los mexicanos también tienen la posibilidad de recibir alertas a través de aplicaciones como SkyAlert o Alerta Sísmica DF. Dos segundos después del comienzo de un sismo, SkyAlert envía un mensaje con el texto«alerta sísmica» e indica la intensidad del temblor.

La aplicación, lanzada en 2013, estaba inicialmente conectada al sistema CIRES, pero su joven fundador Alejandro Cantu, desplegó luego a lo largo de la costa mexicana sus propios sensores, traídos de Japón.

La aplicación se popularizó rápidamente y la versión gratuita contaba con más de tres millones de usuarios en 2015. Una versión paga fue lanzada después, que permite personalizar las alertas. Para advertir a sus usuarios la aplicación utiliza una red de banda ancha en lugar de las líneas telefónicas, lo que garantiza su fiabilidad según su fundador.