El adiós a Bush padre brinda una tregua en la América crispada de Trump

El funeral de Estado por George Bush padre, fallecido el viernes a los 94 años, reunió este miércoles en Washington a los cinco presidentes vivos del país y brindó una suerte de tregua institucional en la crispada era de Donald Trump. 

Con caras más o menos largas, el actual mandatario y la primera dama se sentaron junto a Barack y Michelle Obama, Bill y Hillary Clinton y Jimmy y Rosalynn Carter. Bush hijo llegó junto a su familia para despedir a su patriarca, el hombre que gobernó Estados Unidos entre 1989 y 1993 y selló el fin de la Guerra Fría.

Estados Unidos no tiene realeza, pero la solemnidad y adoración por el rito que envuelven sus ceremonias políticas,de la toma de posesión de la presidencia al adiós a un mandatario, hacen palidecer muchos fastos monárquicos.

 

Es también un país delicado con los símbolos, volcado en los detalles poderosos que crean relatos, y de ahí el protagonismo de Sully, el perro guía de Bush hasta el final de sus días, cuya imagen tumbado en el suelo, velando el cadáver de su dueño, fascinó a medio mundo esta semana.

El féretro de George H. W. Bush (Milton, Massachusetts, 1924), hijo del senador Prescott Bush y padre del presidente George W. Bush, entró la catedral nacional de Washington envuelto en la bandera estadounidense, cargado por militares y al redoble de campanas, tras dos días de capilla ardiente en el Capitolio, durante los cuales ciudadanos de todo el país acudieron para presentar sus respetos. 

La canciller alemana, Angela Merkel, el rey Abdalá de Jordania y el príncipe Carlos de Inglaterra también asistieron al funeral del cabeza de una de las grandes dinastías políticas norteamericanas, el último presidente que sirvió en la Segunda Guerra Mundial.