Estudio evalúan el tratamiento del «hígado graso severo»

La esteatohepatitis no-alcohólica es la forma más severa de la enfermedad del hígado graso no-alcohólico y, al igual que el cáncer, puede ser muchas enfermedades y no una sola, según un nuevo estudio que demuestra que al menos hay dos subtipos principales, lo que puede mejorar su diagnóstico y tratamiento.

Los resultados se publican en la revista Gastroenterology en un artículo que firman científicos de los centros españoles de Investigación Cooperativa en Biociencias (CIC bioGUNE) y de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD), junto a la empresa OWL Metabolomics, además de expertos de Estados Unidos.

La forma más severa es la esteatohepatitis no-alcohólica y en la actualidad, aunque el tratamiento basado en la pérdida de peso y aumento de ejercicio físico es muy eficaz, no tiene una terapia aprobada.

Acumular grasa en el hígado es normal desde el punto de vista evolutivo y fisiológico; sin embargo, los humanos -parte de ellos- han convertido la acumulación de grasas en algo crónico, lo que supone un riesgo: la grasa acumulada pasa de benigna a maligna, empieza la inflamación, que se convierte en fibrosis, cirrosis y después en cáncer.

Tanto la enfermedad del hígado graso no-alcohólico como su forma más severa se originan cuando la síntesis y entrada de lípidos desde la sangre saturan la capacidad del hígado para oxidarlos, transformarlos y eliminarlos en forma de lipoproteínas.

Los lípidos más conocidos son colesterol, triglicéridos o ácidos grasos y los obtenemos por la dieta.