Hora ideal para la siesta sería entre las doce y las cuatro de la tarde

Para que la siesta se convierta en un descanso reparador la hora ideal sería entre las doce y las cuatro de la tarde, porque antes de las doce del mediodía está demasiado cerca de cuando te has levantado y después de las cuatro se aproxima peligrosamente a la hora a la que quieres acostarte, disminuyendo la inercia del sueño nocturno.

Según Matthew Walker, profesor de psicología en la Universidad de California (Berkeley), las siestas más largas, “de alrededor de una hora a una hora y media, permiten tener el sueño más profundo, que es mejor para el fortalecimiento de la memoria y ayudar a retener la información”.

Mientras que las siestas cortas tienen también enormes ventajas cognitivas, como los husos del sueño, que consisten en ráfagas de actividad muy rápidas con diversas funciones, entre ellas la consolidación de la memoria.

Siempre acostado

Independientemente de cuando decidas dormir un rato, asegúrate siempre de hacerlo acostado. Diferentes estudios señalan que tardamos un 50% más de tiempo en conciliar el sueño cuando estamos sentados y eso explica que nos resulte tan complicado cabecear en trenes y aviones.

Planifícala

Según los expertos de Harvard tener las siestas planificadas dentro de nuestro horario ayuda a que nos durmamos y nos despertemos más rápido. Poner el móvil en silencio también ayudará, nos sentiremos más relajados si sabemos que durante veinte minutos no recibiremos ninguna llamada y conciliaremos el sueño antes. También será clave encontrar un lugar oscuro y silencioso, eso le permitirá no perder el tiempo intentando conseguir el descanso.

La siesta ‘cafeinada’

Para quienes la practican, la siesta puede tener un inconveniente: a muchas personas les ocurre que se despiertan más cansados que cuando se acostaron. Una alternativa puede ser la siesta cafeinada, parece difícil de creer, pero una cabezadita perfecta puede ser aquella que se mezcla con cafeína.