¿Qué es la psoriasis?

La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica, que tiene diversos orígenes que afecta la piel y articulaciones. Está asociada al estrés y trastornos cardiometabólicos como sobrepeso, colesterol y triglicéridos altos.

 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la psoriasis afecta entre el 1% y el 3% de la población en general.

Dentro de sus características se encuentran lesiones cutáneas de color rojizo con descamación abundante, distribuidas de forma simétrica en varias zonas del cuerpo, las cuales producen picor y tienden a reaparecer después de un período de aparente curación. 

Asimismo, las zonas propensas a presentar estos síntomas son: codos, rodillas, miembros inferiores, cuero cabelludo, tórax y abdomen, aunque en algunos casos pueden aparecer en las palmas (manos) y plantas (pies). 

¿Cómo se diagnostica y cuál es su tratamiento? 

El tratamiento depende de la severidad de la enfermedad, la cual se mide a través de un índice denominado PASI, en leve y moderada a severa. Desde el punto de vista farmacológico, la primera línea de medicación para la psoriasis leve, incluye los esteroides tópicos y la fototerapia.

Dentro de las opciones terapéuticas para el tratamiento de esta condición se encuentra el secukinumab, indicado en pacientes con psoriasis de moderada a severa, quienes presentan deterioro en su calidad de vida y tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiometabólicas.

Son varios los estudios que han probado la eficacia y seguridad de este fármaco – indicado también para el tratamiento de pacientes adultos con artritis psoriásica y espondilitis anquilosante activa, los cuales probaron que los pacientes que recibieron secukinumab tuvieron una rápida y significativa mejoría clínica con respecto a otras terapias.