Medicamentos para el alcoholismo son cada vez menos demandados por los pacientes

Además de los programas de rehabilitación para pacientes con problemas de alcoholismo, existen medicamentos para tratar este problema. Sin embargo, muchos pacientes y proveedores de servicios de salud son menos propensos a saber que los medicamentos también pueden ayudar a tratar el trastorno por consumo de alcohol.

Las encuestas sugieren que más de 15 millones de adultos estadounidenses sufren de dependencia o abuso de alcohol dentro de un año determinado.

Medicamentos como la naltrexona ha adquirido notoria popularidad, además sirven para atenuar los antojos de alcohol y los efectos placenteros de la bebida en algunas personas.

También el acamprosato también puede ayudar a disminuir el consumo de alcohol, aunque los mecanismos por los que se logra esto no están muy claros. Otro efectivo es el disulfiram, también conocido comoAntabuse, que puede usarse para interrumpir el metabolismo del alcohol.

Si estos medicamentos tiene efectos positivos en la lucha contra el alcoholismo, ¿por qué no son tan comunes?

Parte del problema es que las personas con trastorno por consumo de alcohol, a menudo, no reciben ningún tipo de tratamiento. Si las personas no van a los proveedores de atención médica para recibir tratamiento, los medicamentos no pueden ser adquiridos.

Los paradigmas tambien son muy frecuentes en este problema. Un estudio demostró que las personas que perciben mayores niveles de estigma hacia las personas con alcoholismo son menos propensas para la obtención de atención médica para dicha condición.

Entre los que persiguen el tratamiento, muchos buscan opciones no farmacológicas, como la terapia cognitiva conductual, una forma de terapia conversacional que ha resultado útil para las personas con problemas de abuso de sustancias, o programas como Alcohólicos Anónimos, que promueven reuniones y redes de apoyo.

Algunos pueden tener dificultades con los costos o los obstáculos administrativos. Un estudio de 2016 señaló que muchos planes de seguro requieren autorización previa para medicamentos como la naltrexona inyectable y pueden colocarlos a niveles costosos.

También, la falta de capacitación entre los profesionales médicos puede contribuir a la infrautilización de estos medicamentos.