Rafael Nadal: ¿Si ya soy el mejor? Sinceramente, no me importa

El día después de reescribir la historia y alcanzar la cima de su deporte, Rafael Nadal (Manacor, 34 años) atiende a través de una videoconferencia a los cuatro medios españoles que le han acompañado durante más de dos semanas en París, entre ellos El País. “Estamos asándonos en el coche…”, dice el campeón en un instante de la charla, de camino ya al aeropuerto a media mañana. Pese a las circunstancias, el mallorquín ha podido hacerse antes la foto de rigor, con la Copa de los Mosqueteros entre los brazos, en lo alto de las Galeries Lafayette. El hito lo merece: suma 13 Roland Garros, 20 grandes y sigue creciendo la leyenda.

Condiciones y adversidad, el temor a no triunfar. “Cada año que vengo aquí pienso que puede ser un año en el que tal vez no pueda conseguirlo, pero llego siempre con esa ilusión, sabiendo que lo lógico es no hacerlo. Aunque lo lógico sea pensar que voy a conseguirlo por todas las veces que he ganado aquí, lo normal es no ganar, y eso lo tengo muy presente. Lo dije desde el primer día: teniendo en cuenta las condiciones, este era el Roland Garros más adverso, y aparte de eso hay que tener en cuenta también que la preparación en los seis últimos meses había sido prácticamente nula a nivel de torneos, no de entrenamientos”.

El impacto anímico de una situación extraordinaria. “No estoy triste, pero sí un poco más apagado de lo habitual, pero yo creo que es una tónica general en todo el mundo, ¿no? Estamos en un momento triste porque no puedes compartir momentos con las personas que quieres y la situación es más desagradable de lo que estamos acostumbrados, y uno no puede abstraerse de lo que ocurre en el mundo. En España también estamos en una situación complicada. Uno sufre por todo lo que está ocurriendo porque, al final, es algo inaudito en nuestras vidas. En el pasado hubo otras pandemias, pero en la historia reciente no lo habíamos vivido y es triste y preocupante. Dentro de lo que cabe, cuando yo he tenido que estar alegre, concentrado y con la actitud adecuada durante estos días, lo he estado. Esto es de lo que estoy más satisfecho”.

Entrenarse sin un horizonte claro. “Ha sido un periodo complicado, porque al final estás conviviendo con problemas constantes a nivel social, y a nivel personal he pasado unos meses malos porque mi cuerpo, después del confinamiento, no ha respondido de la mejor manera posible. He pasado muchas semanas entrenándome muy poquito y las sensaciones corporales han sido muchas veces desagradables a la hora de entrenar. Todo eso, unido al trabajar sin tener unos objetivos claros, hace que se agrave el problema; por suerte, he tenido a las personas adecuadas a mi lado, que me apretaban cuando me tenían que apretar y que también me han dejado libertad para disfrutar de otras cosas cuando realmente lo necesitaba”.

 

El bunker mental, inalterable. “Todos pasamos por momentos mejores y peores, por etapas de ilusión y desilusión, sobre todo cuando hemos tenido más problemas físicos de la cuenta. Pero he tenido la suerte de tener una familia y un equipo fantásticos que me han respaldado durante toda mi carrera; a eso le ayuda el tener una personalidad estable. Trato de no estar muy sobreexcitado cuando las cosas van muy bien ni soy especialmente negativo cuando van mal. Esto me ayuda a hacer las cosas con más tranquilidad y me da la oportunidad de seguir adelante. De todos modos, al final todo se resume en tener pasión por lo que uno hace”.

Jugar sin apenas público, el deporte en silencio. “Por suerte, al final había algo de ambiente, no como en Roma… Había algunas personas en las primeras filas, en el box estaba la familia y el equipo… Eso cambia la perspectiva de todo. La semana previa al torneo, en Roma, la sensación era mucho más triste. Tres o cuatro personas, todo mucho más desagradable”.

El impacto de la gesta en todo el mundo. “No sé lo que ha supuesto porque, la verdad, no he tenido la posibilidad de mirar prácticamente nada… A nivel deportivo se ha conseguido ganar algo importante; primero porque se consigue ganar uno de los torneos más importantes del mundo 13 veces, y segundo porque se empata a 20 grandes con Federer. Lleváis mucho tiempo hablando y escribiendo de todo esto, y lo entiendo porque se ha alcanzado un récord que parecía muy difícil de igualar. Estoy muy satisfecho, muy contento y agradezco mucho todos los mensajes”.

¿Es ya el mejor de todos los tiempos? “Pues es discutible. Las cifras tienen que analizarlas las personas que conocen bien esa historia del tenis. Y, sinceramente, tampoco me importa mucho. Soy feliz con mi carrera. Está claro que hoy día soy uno de los dos mejores, pero ya veremos qué pasa con Novak, qué ocurre con Roger cuando vuelva, qué sigue pasando conmigo… Con suerte, si todo va bien tendremos tiempo para analizarlo cuando acaben nuestras respectivas carreras. Entonces, con todos los datos podrá hacerse un veredicto claro al respecto”.

La felicitación de Federer. “Tenemos una relación muy buena desde hace muchos años y, en cierto modo, nos tenemos un gran aprecio el uno al otro. Creo que hemos compartido muchos de los momentos más importantes de nuestra carrera, compitiendo entre nosotros. Se generó una rivalidad que ha ido mucho más allá del mundo del tenis. La valoramos y lo apreciamos de una forma especial. Empatar con él a 20 grandes significa mucho, es un gran honor y algo bonito”.

Futuro y estímulos. “Para mí, lo fundamental es seguir disfrutando del día a día. Soy afortunado por todas las cosas que me han pasado durante estos años. Hasta el día de hoy, la vida me ha sonreído. ¿Qué me queda por ganar? No lo sé, pero la ilusión siempre es seguir hacia delante, porque si uno no tiene la ilusión por hacer lo que hace, es el momento de dedicarse a otra cosa. Mientras mantenga la ilusión por jugar al tenis y competir, seguiré esforzándome cada día”.

Pandemia, crisis y la sostenibilidad del circuito. “Confío en que no se alargue mucho más todo esto, porque si no va a ser una situación económica muy complicada, aunque el problema sanitario es prioritario. Para los organizadores y promotores de los torneos, será insostenible si se alarga mucho. Confiemos en que haya una solución cuanto antes para volver a una vida más lógica y más feliz”.